miércoles, 4 de junio de 2014

DORMIDOS


Dormidos

Y quedamos dormidos, fatigados...
los dos cuerpos desnudos sobre el lecho;
yo extasiado, soñando el blanco pecho,
tú yaciendo en mis fuegos sofocados.

Y se van los placeres sollozados
como mismo nosotros hemos hecho
por gozar sus espacios, mismo trecho
de calma hasta volver a ser llamados.

Y la noche se agranda, se convierte
en un manto sereno y claroscuro
que arrullando la piel me pone en suerte

un cálido placer, el aire puro
y un despertar después, que esté seguro
de oír tu fragancia y de, en mi cuerpo, verte.

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