Dime
Te
tengo toda entera pero no te tengo nada.
Estás
dormida en mí pero nunca estás presente.
Transitas
radiante la avenida diferente
del
hechizo grato y fugaz en tu oculta mirada.
Te
veo tras un pórtico guardián de las piscinas
fatuas
que tejen en la razón la fantasía,
fábula
de líquido divino, alegoría
en
la que tras aquél nadan ansiosas las ondinas.
Así
las imagino yo, en el amor sedientas,
como
si juntas pudiesen fraguarse en lo sublime
por
convertirse en esa pasión con que me tientas.
Tiéntame
a derribar el atrio tras el que se esconde
la
ninfa que siempre está, siempre,
pero
responde,
dime
cuando, cómo, de qué manera, dónde... dime.
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