sábado, 1 de junio de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO IX







Pienso que no conseguiré nunca saber quien soy, sino quien creo ser.


Me niego a ser igual al resto de la gente. Quizá sea esa la causa por la que no he conseguido ser distinto.





2 comentarios:

  1. PIENSO QUE NO CONSEGURÉ NUNCA SABER QUIEN SOY, SINO QUIEN CREO SER. El vocablo “pienso” con que se inicia el razonamiento, ese cogito cartesiano da mucho sentido porque le quita radicalidad y contundencia para dejar el acotado plenamente inteligible en su primera intencionalidad (creo que única). El humilde pienso que nunca sabré o conseguiré, que empleas, lo dice todo… he ahí una oportunidad más para la ambivalencia en la unicidad. Todos sabemos quién somos y quienes queremos ser; solo que ello va por tiempos. Cuando nos sale todo bien, bajo todos los diferentes aspectos, optimistas, creemos seriamente saber quien somos y de paso ya tenemos en nosotros inventado el triunfador. Cuando las cosas vienen mal rodadas, todos, creemos ser el fracaso.
    Ahora bien, somos el éxito cuando lo somos, como así mismo el fracaso; sin que haya de intervenir necesariamente siquiera una conciencia muy diáfana. Y como somos siempre así, nos sentimos mal y bien, el hombre es todo en uno y va mas allá del éxito o el fracaso. O sea que somos la misma persona el día de más o menos suerte. Estamos siempre entrados en la multivalidez, que como he indicado también es, por obligación, y por días o cuartos de hora, invalidez multiplicada.
    Por lo dicho no pudiste utilizar el sé verbal como sigue: “sé que no conseguiré nunca saber quién soy. El que creo ser no me dará jamás esa oportunidad”. Ya entonces las cosas cambian radicalmente en este supuesto. No se puede defender así el aforismo porque es imposible mantener antagonismo tan tremendo entre quien somos y quienes creemos ser, que y por lo que, el cogito, muy bien empleado en este caso, hace de gran muelle amortiguador que da total sentido a lo que ese pensamiento expresa.
    El pensamiento “ME NIEGO A SER IGUAL AL RESTO DE LA GENTE. QUIZÁ ES ESA LA CAUSA POR LA QUE NO HE CONSEGUIDO SER DISTINTO” implica las mismas redes neuronales que empleaste en el anterior para construirlo, por consiguiente también las mismas mías en el comentario.
    “Me niego a ser igual al resto de la gente” es una reacción a: “pienso que nunca conseguiré saber quién soy” y la humildad de: “quizá esa es la causa por la que no he conseguido ser distinto”, es la consecuencia de la duda de: “sino quien creo ser”. Quiero decir que haciendo un análisis pormenorizado de uno cualquiera de los dos aforismos, el resultado, vale para el otro indistintamente. Expresivos saludos.
    Antonio Domínguez.

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  2. Amigo Antonio: no conozco a nadie que pueda opinar sobre mis públicas reflexiones del modo tan sobresaliente como puedes hacerlo tú. Me agrada ver que coincides en buena parte con lo que yo he pensado y me he atrevido a escribir respecto a mi "yo", pero, si con la argumentación sobresaliente que lo has hecho, en otra ocasión discreparas, cosa siempre posible y hasta razonable y lógica, será también de mi agrado interesarme sobre tu exposición acerca de cualquiera de mis abstracciones. Es un lujo para mi blog tener opiniones de esta envergadura.
    Gracias y un abrazo.

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