Como
el agua
Tu
sonrisa acaricia, donosa, mis sentidos
tramando
fontanales que se inflaman
de
frescor y pureza, licuados monolitos
como
el agua.
Tu
voz serena y dulce adorna el meteoro
de
tu risa espontánea, armoniosa flauta
que
está en la fantasía, la nada y el todo,
como
el agua.
Tus
besos se adivinan lustrados de almíbar,
tus
caricias, tantas cual pétalos de dalia,
germinando
un canto que al deseo irriga
como
el agua.
Tus
pasos cautos, imantados por mi alcoba,
indecisos
vienen al delta que se embriaga
de
salino mar, de azúcar y sal conspiradoras
como
el agua.
Tu
deseo, como el mío, es murmullo que ronda
lo
que no se sabe, ni se piensa, ni se habla,
porque
la pasión apacible y callada no corra
como
el agua.
Tu
aroma me llega en cristalino frasco
que
aletarga la sustancia que me embarga,
viniendo
a refrescar el deseo donde ando
como
el agua.
Tu
ilusión anda cual la mía, convencida
de
no ser silencio en becqueriana arpa.
Es
ansia que discurre, cantarina, cada día
como
el agua.
Mas
la vida fluye toda vez como un naciente,
y
ante ese surtidor, tenaz, el amor aguarda
a
ser brote sereno, fresco, y aquietada sierpe
como
el agua.
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