sábado, 4 de enero de 2014

EL CÉSPED Y LA RAMA








El césped y la rama



Con ansia observa la grama
y desconsuelo,
la lejanía en la rama
que toca el cielo.
Su verde es igual delicia
como el de ella,
pero la rama acaricia
casi una estrella.
La grama no llega a tanto,
calla y observa,
y hasta el rocío es el llanto
a ras de hierba.
Arriba la rama atiende
soles y brisas
que bajo la hoja, alpende
es de sonrisas.
Y más abierta al paisaje
y más inquieta,
aquélla hace un visaje
al sol, coqueta.
El césped frunce una ceja,
eso le angustia,
y lanza, leve, la queja
de una flor mustia.
Es otro canto a la vida,
es otro canto,
es música inadvertida
que suena a llanto.
¡Cuán necio es ansiar un salto
desde tan bajo hasta tan alto!



 

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