jueves, 20 de marzo de 2014

ANDAR CON LA VIDA







Andar con la vida

No te detengas
e imita los pasos de la vida
con sus arengas
de fija inquietud no contenida.
No te detengas.

Sé parte suya
siguiendo su curso al mismo paso
aunque te excluya
de sus prioridades, no hagas caso.
Sé parte suya.

No se detiene
jamás en su andar obsesionado.
Siempre va y viene
inquieta por un eterno prado.
No se detiene.

Es concertista
de la tonalidad con la que exhorta
a que se vista
el alma, si en dudas se desnorta.
Es concertista.

Rechaza el vino
latente en un tonel ignoto
que aunque cedrino
al son de la vida no es devoto.
Rechaza el vino.

Sigue su paso,
no dejes de ser parte de ella,
que no haya ocaso
en el día inmerso tras su huella.
Sigue su paso

hasta esa noche
en la que el amanecer no existe,
goza el derroche
que en beberse la vida consiste,
hasta esa noche.

Después de eso
tendrá que andar sola por tu ausencia.
¿Perderá peso
la vida ultrajada en la inmanencia
después de eso?



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