miércoles, 15 de mayo de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO V







El centro de la diana representa la figura simbólica de una incuestionable verdad, de una de las infinitas verdades. Se pueden tener muchísimas opiniones respecto a ella, pero ella sólo es una; todo lo demás son aproximaciones. Una vez que la flecha acierta en ese punto, nadie puede atinarla mejor, pues ya ha sido encontrada. En torno a una verdad, se puede seguir divagando si se quiere toda la vida, toda una existencia disparando a esos círculos concéntricos que no se sustentan más que en simples merodeos. El acierto preciso en el punto sublime de la diana logra no poder ser superado por cualquier otro posterior disparo.

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