jueves, 25 de julio de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO XIX









A las tardes les falta la gracia que les sobra a las mañanas.



La cometa juega con el viento como un niño al que únicamente le importase divertirse. El aire en movimiento parece desesperarse por quitársela de encima, pero mientras éste lo intenta, ella con sus mayores risas juguetea y su felicidad parece contagiosa.


Una vez soñé que estaba despierto y simulaba estar dormido para poder soñar...




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