La adversidad es poseedora de un mecanismo que sirve para calibrar la entereza del ser humano.
Hoy tengo el alma encendida. Mis pensamientos y deseos son totalmente distintos de los cotidianos, inundándome el espíritu de un inusual coraje que es capaz de lograr que sea del todo sincero.
No hay sensaciones que cansen tanto como el hastío y el aburrimiento.
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