miércoles, 31 de julio de 2013

SUSURROS DEL DUENDE . NÚMERO XXV









Has puesto la miel no solo en mis labios, también la has depositado en mi corazón.
Aún podría vivir sin ella cerca de mi boca, pero ya es tarde para desprenderla de los espacios que conforman mis sentimientos.


¡Luz, por favor, enciéndete cada vez que mi mente se quede a oscuras!



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