lunes, 15 de julio de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO XVII









Hay miles de formas accesibles para poder mentir. Sin embargo solo una para decir la verdad. La mentira tiene atisbos de representación teatral. La verdad carece de dotes interpretativas.




Cuando el hombre se enfurece, el otro yo de su personalidad se da el gusto de ponerlo en evidencia.






3 comentarios:

  1. HAY MILES DE FORMAS ACCESIBLES PARA PODER MENTIR. SIN EMBARGO SÓLO UNA PARA DECIR LA VERDAD. LA MENTIRA TIENE ATISBOS DE INTERPRETACIÓN TEATRAL. LA VERDAD CARECE DE DOTES INTERPRETATIVAS.
    En la vía ancha, muy ancha; camino que va al mentir, hay montones de transportistas proponiéndose al grito como en feria. Pregonan un viaje feliz y fructífero. Entre los transportadores se encuentra la telepatía (¿Qué viene esto?... ¡Ya se verá!) vieja conocida, veces negada su existencia, veces ponderada su incontestable trascendencia. ¿Es sin embargo –la telepatía- un reducto cerebral donde se encuentra, además, todo lo perteneciente a la intuición? Digo desde ya que, al no poder ser perfectamente asociado y menos concienciado al total lo intuitivo-telepático y no ser ambas cosas estatuidas para que se les pueda ver el lado veraz, le ponemos por ello en la galaxia en la que todo es mentira directa u oblicua, que me conformo.
    También la paranormalidad mixturada con el milagro será mentira hasta que llegue el único milagro, segundo o siguiente, que no se ha producido nunca una sola vez: que demuestre aunque solo sea para que lo entiendan los grandes hombres; que lo visto inmediatamente anterior fue de milagro. ¡Si no llega un milagro que confirme milagro pretendido, sigue siendo mentira el milagro!
    No necesariamente, pero sí probablemente, en la mentira a lo grande están las quiromancias, buenaventuras, adivinaciones, augurios, vaticinios, supersticiones en fin. Cartomancias profecías, predicciones. Numerologías. Omitimos políticas, creencias y finanzas, que, aunque sé que es donde está la grandiosa hidra-mentira, de las mil y una cabezas, no tengo idea de cómo se las arreglan ni conocimiento ninguno de cómo son sus acuerdos para mentir.
    Por el hecho de que no hay nada que sea en absoluto, hay una mentira buena, que es: “mentir cuando la verdad por hacer bien se oculta”. En cuanto al conglomerado aforístico dice que “hay accesos miles” (yo diría millones) a la más grande galaxia: la mentira. En lo de “atisbos para mentir”, yo aseguro, que María Guerrero se quedaría chica teatralmente, frente a la mentira; aún mal interpretada.
    Hemos de conformarnos con todo lo que sean mentiras incruentas, que no arrastren honras ni honores, ni dilapiden carteras (en nuestro caso bolsillos). La bromilla pesada es pecado que en nuestro pueblo, la mayoría de las veces ha sido perdonado “al minuto”. De no haber sido así, nadie tendría un solo amigo ¡y no exagero! Digo al mismo tiempo: ¡que no se crean superiores a nosotros en este sentido, en ningún otro lugar del mundo! ¡Las mataperrerías, que son equivocaciones momentáneas; más bien de ocurrencia instantánea, se le pueden atribuir al santo más bendito!

    Antonio Domínguez

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  2. CONTINUACIÓN

    Llegado aquí ¿tú crees que hasta me asusta este decir tuyo? ¿Te das cuenta cuanta facilidad en este mundo para el ejercicio de la gran mentira, además de la pequeña nuestra (chapuza) sin importancia? ¿No crees que debería ¿alguien? Aconsejar a la verdad a que estudie artes escénicas, para que interprete a la mentira la verdad, cuando la vayan a apalear por verdadera? Yo creo mucho en hechos consumados, y en este caso, intuyo que la verdad, de algo en su defensa se ha pertrechado. Mas, cuando del gran Espronceda podemos copiar lo que dijo, máximamente porque ya no se puede enfadar: “TODO ES MENTIRA LO QUE EL MUNDO ENCIERRA que el niño no conoce, por su bien; entonces la niñez sus ojos cierra, y un tiempo a mí me los cerró también. En aquel tiempo el maternal cariño como un edén el mundo me pintó”
    Espronceda ya totalmente asqueado, se dirigió a su madre por ni se sabe el número de veces: “¡dejemos que prosigan engañando los hombres y mujeres a la par; de nuestro amor sigamos disfrutando, en sus engaños madre, sin pensar!”
    Muy ramplona cerril y rústicamente se puede decir que el que no come se muere; esa es una de las grades verdades demostradas. Luego se puede decir con propiedad que el mundo es lo que ya dijera Espronceda; hasta el día que no muera un solo ser humano de hambre; para solo poder empezar a hablar de todo lo demás en exacta aciaga circunstancia.
    Da todo de sí la mentira y mucho más las actitudes mentirosas sin necesidad de mentir tal cual. Las que se dedican a acordar con la mirada y utilizando con cerebralidad fascinante las oportunas omisiones. Te saludo ya y lo dejo porque lo lea alguno más que tú, a eso aspiro yo y tú.
    Antonio Domínguez.

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  3. Querido Antonio: ahora te contesto, pues no había leído estas meditaciones que haces en torno a mi espontánea idea en cuanto a la mentira. Cuando intervienes, me parece que entramos en un juego en el que se participa con mayor o menor intensidad. Éste consiste, lo vengo observando de tal modo desde tu primera entrada, en que yo pongo una reflexión personal en torno a cualquier sugerencia del pensamiento y tú, con tu capacidad analítica y tu argumentada razón,le das un intenso giro de tuerca a lo que pensé. Contigo siempre acabo reforzando en mucho cada frase elaborada en mi mente y, luego, escrita.
    Un abrazo.

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