Versos
escondidos
El
sótano dormido tras la luz y el tiempo
lleva
décadas que habita tapizado en polvo.
Ni
el ruido hasta allí baja, y un vahído rojo
que
lo envuelve, exhala soledad, desabrimiento.
Un
cofre adusto en su letargo lo acompaña,
eternamente
insomne tras su presencia taciturna.
Ajados
pergaminos en su interior disfrutan
de
guardar mil poemas que en el olvido vagan.
Poemas
centenarios advertidos por nadie
o
quizás solamente por una pluma de ave
que
jugó con la tinta escrita en cada estrofa.
Ignorados
sonetos encendidos por un soplo
dispuesto,
egoísta, a dejarlos solos al antojo
del
tedio y del silencio en donde moran.
¿Y
qué importa?, podría decirse al pensar en ellos.
Pero,
¡Santo Dios!… ¿y si son bellos?