lunes, 27 de mayo de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO VIII








Siempre son tristes los recuerdos. Si rememoras los ratos amargos, obvia es la tristeza.
Si evocas momentos felices te acongojará el hecho de ya que se han ido.


La angustia produce náuseas en el espíritu.


miércoles, 22 de mayo de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO VII







                                                                             
Cuando se reflexiona, se ejercita el pensamiento sobre miles de certezas y abstracciones. Pero existe en nosotros, en nuestro interior, una materia de meditación que supera con mucho a todas las demás: el amor. Las dos frases susurradas en esta ocasión por el duende van precisamente ahí, donde duerme ese contenido tan imprescindible para el hombre como puede serlo el mismo aire que, como él, en todo está. En la primera reflexión se pretende dejar claro el poco sentido que la vida misma tiene para el que esquiva la fortuna de poder experimentarlo y compartirlo intensamente. Lo cotidiano se vuelve de colores para quien puede disfrutar la dimensión amorosa. Para los infortunados que abren el paraguas cuando llueven gotas de amor, no hay tonalidades, sólo grises y oscuros.

La segunda conclusión que sugiere esa frase tan corta es, de alguna manera, precisamente la que nos lleva a asegurar que, cuando sucede lo contrario, cuando hay un no decidido en la respuesta a cualquier apetencia de amor, hay que hacer el esfuerzo de pasar de largo, pues ese sentimiento es el de la misma manifestación vivida por dos corazones. El no dado por el péndulo es la metáfora que advierte con su obstinado balanceo que el amor no existe como elemento de felicidad si no es del todo compartido.
 

martes, 21 de mayo de 2013

FLECHA


                    

                                                                   FLECHA

 
                                                                

viernes, 17 de mayo de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO VI







El ser humano, por su inteligente superioridad respecto a todo cuanto respira en la Naturaleza, pasa a convertirse, dormido, en la consciencia más distraída y menos fértil en ella; por eso, en la más desamparada.

El vaporoso rocío nocturno deja dispersa su humedad hasta que el sol viene a absorberla. El pensador hace una sencilla comparación con esta idea para expresar que la languidez de sus noches le lleva al ensueño de la melancolía.

En la tercera frase el autor dice: “Te amo tanto, que un gesto, un silencio, una abstracción, una mirada, un deseo o una lágrima esquiva, pueden, sin palabras, mostrarme el pálpito de tus sentimientos”. 



miércoles, 15 de mayo de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO V







El centro de la diana representa la figura simbólica de una incuestionable verdad, de una de las infinitas verdades. Se pueden tener muchísimas opiniones respecto a ella, pero ella sólo es una; todo lo demás son aproximaciones. Una vez que la flecha acierta en ese punto, nadie puede atinarla mejor, pues ya ha sido encontrada. En torno a una verdad, se puede seguir divagando si se quiere toda la vida, toda una existencia disparando a esos círculos concéntricos que no se sustentan más que en simples merodeos. El acierto preciso en el punto sublime de la diana logra no poder ser superado por cualquier otro posterior disparo.

martes, 14 de mayo de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO IV







En la oscuridad, cuando el sol se pone, con la ausencia de luz todo se esconde tras lo difuminado, los colores parecen haberse diluido. Hago una metáfora en la que, las flores han perdido su color como si fuesen personas que se quitan su ropa cotidiana para dormir. De tal modo que, con los primeros rayos de luz, el día siguiente las despierta y las invita a ponerse las mismas prendas de color que esparcen otra vez de vivos matices los entornos que van despertando de la noche.

La segunda reflexión, a través de un par de frases cercanas a la obviedad, busca líricamente concluir en que la dimensión del amor es tan grande y cala de forma tan determinante en el espíritu del ser humano, que nunca, precisamente por eso, puede dejar de experimentarse en él al menos un leve hálito de quebranto.

LIBRO Y MAR





lunes, 13 de mayo de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO III




 


En estas dos frases quiero seguir haciendo hincapié en algo ya hecho con anterioridad. Busco con palabras que intento sean precisas y equilibradas, enfatizar la pureza del amor, ese majestuoso sentimiento cantado por el ser humano desde los primeros albores de su consciencia. Contrasto con el amor manifestaciones que confundimos hasta llegar a considerarlas sinónimas, pero que, sin embargo, están a años luz de distancia del puro sentimiento. Llego a considerar al deseo como un pecado que está en mí por simple capricho de la Naturaleza y, son éste y la pasión, como dos actitudes que tratan de hacerse pasar por verdadero amor, aunque no están nunca exentos de una carga egoísta que no aspira a más que a satisfacerse.

domingo, 12 de mayo de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO II








El ser humano, cuando conoce las fuerzas de su espíritu, cuando controla esa fortaleza única, puesta solamente en él por la Naturaleza, es la realidad más admirable de la creación.

La nostalgia es el anhelo de algo grato vivido y recordado. Es bueno llevar esos recuerdos en la mente, ayudan a sonreír; pero no lo es tener siempre la mirada vuelta atrás y conformarse sólo con eso, sin tratar de sumergirse en nuevas situaciones que regalen cada día una nueva gota de felicidad.

Con esa tercera frase de este Susurro del duende nº II quiero expresar la idea de que, si no falseamos nuestro corazón, si somos espontáneos, es ese alma, ese espíritu que late en cada uno, el que dice sin palabras todo acerca de nuestra bondad y de nuestros defectos.

sábado, 11 de mayo de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO I






Es el amor el don más prodigioso que puede poseer el ser humano. En la creación no hay nada más que pueda poseerlo ni manifestarlo. Por eso me atrevo a pensar en alta voz que este es el único sustantivo que no debe ser adjetivado. No lo necesita. Es la plenitud.

Cuando se goza con la presencia del ser amado, la felicidad siempre está presente. Y en los instantes de ausencia el individuo es también feliz anhelando el instante del reencuentro.


La felicidad que describo inmersa en el anhelo producido por la ausencia, sugiere que en el alma siempre queda ese vapor sonriente que invita a la espera ilusionada.


viernes, 10 de mayo de 2013

SUSURROS DEL DUENDE.



                                                   





Aprovechando la opción que me da el blog para expresarme más en profundidad, trataré de poner cada día un “duende” para hacer una reflexión respecto a cada uno de los pensamientos escritos en él.
En esta primera entrega se leen dos frases con las que, como en todas, trato de invitar al lector a que por sí mismo pueda dilucidar lo acertado o lo erróneo acerca de lo que pretendo transmitir.

“El alma abatida es una copia exacta de una noche sin luna y sin estrellas”

(Trato de reflejar con palabras sencillas el matiz poético de los sentimientos de una persona cuando su espíritu cae en la desesperanza. No obstante, hay una sugerencia subliminal que transmite ánimo: la Luna y las estrellas vuelven a hacerse presentes la siguiente noche, o en la otra...)

“El amor es siempre inocente. La pasión, muchas veces culpable...”

(Este pensamiento no busca otra cosa que mostrar la diferencia entre lo que es verdadero amor y lo que no lo es. A veces se confunden las dos palabras, pero en la primera, en el amor, todo es puro. En la segunda, en la pasión, la pureza muchas veces es sustituida por el egoísmo.)



jueves, 9 de mayo de 2013

LITERALMENTE HERMANO

Este poema me lo regaló mi entrañable amigo Pedro Domínguez, con quien comparto desde toda la vida una relación única e imborrable. Me llegó al alma su poesía y la guardo como un tesoro.


                                                                   

martes, 7 de mayo de 2013



                                          D. MANUEL BALBUENA PEDRAZA    

                       
           
 

El pasado 27 de abril se cumplió el centenario del nacimiento de D. Manuel Balbuena Pedraza, que fue maestro de la escuela unitaria de Tamaraceite sita en la carretera general durante los años comprendidos entre 1952 y 1963, para luego ser el primer director del entonces inaugurado colegio Adán del Castillo en los primeros cursos impartidos en este Centro. Durante su estancia en Tamaraceite fue un instructor sobresaliente de una gran parte de los niños que vivieron su infancia en esa época.
El señalado día 27 tuve el honor de participar como invitado en los actos que, con motivo de dicho centenario, se realizaron en torno a su recuerdo en Fontanales, lugar donde ejerció la docencia durante diecisiete años, tiempo que precedió a su paso por aquí, en nuestro pueblo, el no menos importante número casi equivalente a tres lustros. Para todas las personas de esa época y, de un modo muy especial, para quienes fuimos niños durante esa década y media, la influencia de este hombre resultó decisiva en la realidad de aquel presente y de cara a las expectativas futuras de cada uno.
Para él se ha pedido en más de una ocasión el reconocimiento por parte de nuestras autoridades, con el propósito de que quede en el recuerdo de quienes le conocimos, así como en la presencia de todas las generaciones venideras, de su figura, de su paso con profunda huella entre los vecinos de aquel Tamaraceite, más pueblo que ahora, más necesitado de medios que ahora y con unos perfiles de analfabetismo considerables que hoy han quedado extinguidos gracias, en mucho, también a su labor.
La figura del docente ha de ser siempre reconocida y tasada sobremanera, pero en el caso de este hombre que fue mi gran maestro y el de toda mi generación entre otras, merece una consideración especial que nuestro pueblo no ha sabido darle. En Fontanales, el colegio de Primaria lleva su nombre, y en su nombre se hacen repetidos actos de recuerdo y agradecimiento como éste al que tuve la satisfacción de ser invitado para colaborar en ese día tan señalado.
En dicho acto participaron por orden de intervención las siguientes personas: don Hipólito Suárez, alcalde de la villa de Moya, don José Miguel Pérez, vicepresidente del Gobierno de Canarias, don Maximino González y el firmante de este artículo, ambos en representación de Tamaraceite, don Rafael Sosa, profesor, y la inspectora general de la Consejería de Educación, doña Constanza Falcón Castellano. También intervinieron los hijos del homenajeado, don Luis Balbuena Castellano, ex-consejero de Cultura del Gobierno de Canarias, como moderador y don José Manuel Balbuena Castellano, quien leyó una cálida semblanza de su padre.
Tamaraceite sigue estando en deuda con Manuel Balbuena Pedraza, cosa que igual sucede con la inolvidable figura de Antonio Abad Arencibia Villegas.
Invito a nuestras autoridades a que nos animen a ser agradecidos.

J.J. Mujica Villegas