El honor no es un atributo necesario para las personas que tengan débiles o anchas las espaldas. Es imprescindible, sin embargo, para quienes tienen el privilegio de poder subirse a ellas.
Muchas veces es obligado huir por algo y nadie podría cuestionarnos esa conducta. Solo debemos abstenernos de hacerlo cuando se trata de afrontar nuestras responsabilidades.
Si no te hubiese visto y conocido, habrías estado toda la vida merodeando por los alrededores de mi presentimiento.
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