viernes, 23 de agosto de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO XLV








El honor no es un atributo necesario para las personas que tengan débiles o anchas las espaldas. Es imprescindible, sin embargo, para quienes tienen el privilegio de poder subirse a ellas.


Muchas veces es obligado huir por algo y nadie podría cuestionarnos esa conducta. Solo debemos abstenernos de hacerlo cuando se trata de afrontar nuestras responsabilidades.


Si no te hubiese visto y conocido, habrías estado toda la vida merodeando por los alrededores de mi presentimiento.



No hay comentarios:

Publicar un comentario