miércoles, 17 de septiembre de 2014

BURBUJA



                                                                        Burbuja

Tanto tiempo sintiendo esa extraña sensación inaccesible a mis sentidos, alertada ante el sopor de mis divagaciones. Todo abstracto, enigmático, incapaz de airear el pálpito... ni tan siquiera por la vista, por el oído apenas, confusamente entendido por la razón de mi incauta naturaleza. Voces armoniosas, música aturdida en la magia cristalina del toque de un piano, suspiros cansados y anhelantes, gestos de ilusión confusa y de esperanza inquieta. Y mi mirada curiosa... perdida sin voz en un horizonte tan real como inexistente. Mis anhelos dormidos buscan despiertos las respuestas que se obstinan una y otra vez por alejarse de mi entendimiento. Intuyo el sol, lo intuyo; pienso que podría haberlo disfrutado ya cientos de veces; en ocasiones, el runruneo melodioso de las olas parece querer acariciarme con su sabor de frescura y su aleteo yodado y salino... y las risas, esas que vienen y van cantando cada día por todo mi entorno, afectándome con su regocijo, pero susurrando, incapaz de atrapar una sola de ellas. ¿Por qué no río yo cuando me siento tan feliz como el resto de las sonrisas que danzan en torno a mi figura? ¿Por qué no lloro cuando otros lo hacen mientras me contagian, sin pretenderlo, una pizca de su tristeza? Un sinfín de preguntas antes de la última pausa; después la actitud indómita dispuesta a descubrirlo todo. Y de pronto, el revuelo, la violenta lucha, el pulso echado al tiempo, las prisas, las carreras, el miedo y la ilusión dibujada en grito y aliento. Cruzo extenuado el túnel y termina por hacerse la luz sin que yo apenas sea capaz de divisarla. Cuando la palma de una mano segura y complacida, por fin golpea mis nalgas diminutas, comienzo a llorar satisfactoriamente...

6 comentarios:

  1. Decidirse a nacer, a comenzar una nueva andadura, es algo difícil. Me ha gustado mucho cómo has tratado este tema, dejando la sorpresa del desenlace hasta el final. Leerlo me ha gustado mucho; el día que lo escuchamos de tus labios, el placer fue mayor…
    Creo que deberías obsequiarnos con estos «pequeños caprichos» con una mayor frecuencia. Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Quedó claro que "me ha gustado mucho". No permite reeditar el comentarioy el primero que escribí no se cargó... Los duendes de la red están hoy muy traviesos.

      Eliminar
  2. Pedro Domínguez Herrera19 de septiembre de 2014, 9:13

    muy bueno y con sorpresa final La calidad y el mensaje no dependen de la cantidad de paginas para decir lo mismo

    ResponderEliminar
  3. Otra vez gracias, Inma. Sí, le puse algo de misterio hasta el final. Puede que antes de nacer, todos hayamos experimentado sensaciones parecidas.
    Otro beso.

    ResponderEliminar
  4. Gracias, amigo Pedro. Sabes la gran satisfacción que significa para mí, ver que siempre estás ahí, acompañándome. Claro que no podría ser de otra manera; desde niños andamos juntospor esta veredita.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Sutil, envolvente, te lleva en volandas con una fluidez de palabras sencillas y densas recorriendo una historia amena de final enigmático y feliz. Me encanto, un abrazo maestro.

    ResponderEliminar