Sueño
Anoche,
vencida por el sueño, descuidada
de
todo cuanto mides con la mente despierta,
la
puerta de tu alma dormida quedó abierta
dejando
que la mía volase a tu almohada.
Soñaste
que tu amante posaba en tu regazo
un
lúcido vahído, un soplo esplendoroso
que
inundase el recinto de sueño vaporoso
con
un casto beso y un sereno abrazo.
Bello
es el sueño, amor, aún siendo un sueño,
que
no es tan poco percibir apenas eso
cuando
acechan la esperanza y el empeño.
Que
ensoñado por mí tu pecho queda ileso
sólo
hasta el mañana que perfila el diseño
del
anhelado abrazo y del ardiente beso.
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