Voz
y silueta
¿Quién
soy si tu mano no me aprieta
con
los dedos de pluma y golosina?
¿Qué
es de mí sin tu sabor a nectarina
adivinado
tras tu voz y tu silueta?
Esa
voz queda, melosa y ambarina
que
acaricia mi razón, esa carpeta
imborrable
cual piedra que es la veta
de
un amor que comienza y no termina.
Esa
figura grácil, sutil y enardecida
que
me da la existencia y que me oferta
si
quisiese irse, marcharse con mi vida.
¿Quién
soy, pues, sin tu mano abierta?
¿Quién soy, dí, sin tu mano tendida?
¿Quién soy, dí, sin tu mano tendida?
¿Cómo
planto el alma lejos de tu huerta?
No hay comentarios:
Publicar un comentario