Tan
cerca, tan lejos...
Adiviné
tu boca; sólo en eso
se
fueron mis anhelos a tus labios,
libando
en tu mirar los ojos sabios
que
saben del amor que te profeso.
Imaginé
tu aliento, transitado
por
seducido canto hecho deseo,
aleteé
en un néctar del que reo
me
siento en tu reclamo ensalivado.
Besé
tu boca abierta al pensamiento
que
invita la pasión a la impaciencia,
deambulé
despierto en la inconsciencia
del
placer sojuzgado al desaliento.
Después
mis afanes latieron perplejos
viéndote
tan cerca, viéndote tan lejos...
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