martes, 9 de septiembre de 2014

TAMBIÉN YO AMO


También yo amo

No por muy lejos que estés no estás más cerca,
ni por mucho que camines hacia el sol te veo más lejos.
No por tanto que enciendas el fulgor de mil reflejos
opacará otra luz prendida en mi que se te acerca.

No porque el lánguido suspiro dormido por tu aliento
sea lamparilla y bruma que endulzan mis anhelos,
el dulzor que invita bajado de mis cálidos desvelos
a posarse en tu alma de espejo, mando sobre el viento.

Cantan mil cascabeles dorados cuando te concibo,
cuando, al presagiarla, hiere la cándida estocada
de tu dulce pupila que punza las pasiones donde libo.

Bailan los violines en la noche, antes apagada
de música, de luz y de danza hasta tu arribo,
porque mi amor concluye en ti; más allá, nada.

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