martes, 9 de septiembre de 2014




Tú, como el mar, eres la misma cosa.
Tú y la luna de noche sois gemelas,
prendidas, luminosas, paralelas...
como en el día iguales, tú y la rosa.

Tú y la brisa con tinta pudorosa
escriben en mi alma bagatelas
de frescuras y calmas cantinelas
de ansiedades y ensueños, tú y mi prosa.

Tú y mis versos vestidos del aroma
de tu aliento que en mí siempre es testigo
de toda cuanta trova al aire asoma.

Tú y el anhelo azul con el que irrigo
esa pradera oculta tras la loma
en que doquiera estás, siempre conmigo.


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