Lo
imposible
A
pesar de tus primores anhelo embellecerte
aún
más, cosa que casi imposible se me antoja,
porque
quiero que pétalo a pétalo y hoja a hoja
el
paisaje de tu cara se exhiba en aguafuerte.
Esos
ojazos, dos piratas que se interesaron
decididos
desde el primer instante en retenerme,
son
el testimonio puro, la consecuencia inerme
de
aquella prima vez en que los dos me corsearon.
Por
eso porfío en el allá de otros quehaceres
en
que tus delicias musiten más lo que musitan,
logrando
cada día que en los míos se derritan
los
residuos ambiciosos de mis amaneceres.
Liar
mi boca con la tuya dormido en la utopía
de
esmerilar ferviente tu semblante delicado
es
ansia inapelable de mi amor, es el pecado
de
querer contemplarte más hermosa todavía.
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