No
es sólo amor, amor
Pensé
un instante en la persona amada
y
llegaste nadando entre brazadas puras
llevando
por mi mente las tórridas blancuras
a
la que tus braceos tienen acostumbrada.
Tu
cuerpo en el agua de mis reflexiones
buceó
como sirena e, inflamada, quiso
que
el perfil laminoso adquiriese el viso
de
absolutas femeninas dimensiones.
Y
en mi pensamiento seguiste, luminosa,
mostrando
la belleza de tu cuerpo, zambullida
en
licores con sabor a fantasía libidinosa.
Porque
no es sólo amor, amor, lo que te tengo,
pues
va en ese sentimiento la embestida
salvaje
de un toro enamorado, te prevengo.
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