domingo, 22 de septiembre de 2013

LA SONRISA XI









En las cárceles está prohibida la lucha libre, al menos mientras los deportistas no se encuentren en situación de libertad vigilada.



Tengo un amigo a quien no le gusta nada dar propina en los restaurantes. Para no quedar mal, tras pagar la cuenta y antes de irse, se levanta y da un giro de trescientos sesenta grados. Luego dice al camarero: “Quédese con la vuelta”.  Y se va satisfecho.



Lo peor de llegar el último en una carrera de fondo es que se dispone de menos tiempo que el resto para descansar, subir al podio y recibir la medalla.



Siempre he sido un loco del esquí. Creo que a eso le llaman esquizofrenia.



Las palabras “atraque” y “atraco” son tan parecidas la una y la otra que consiguen tener el mismo significado. Apenas las diferencia el modo en que son utilizadas: “¡Esto es un atraco!” o “Perdón, caballero, disculpe usted que le atraque”.


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