Posé un instante mi pensamiento en tu persona y la percepción difusa de
tus ojos de diosa no me permitió recrearme en tu belleza.
Venerar algo es amarlo. Amarlo intensamente casi hasta el límite de lo
infinito, aún sin conocerlo, aún sin entenderlo.
Es preferible que Dios no me dé las cosas que no quiero a que me conceda
las muchas que le pido.
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