viernes, 20 de septiembre de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO CLX








La mujer casquivana no tiene otro defecto que el hombre que la adora. 


La mujer es siempre fácil. Esto lo puede atestiguar su amante o, al menos, su marido. A las que se salen de esta norma, posiblemente los hombres no le han dado la posibilidad de hacerlo.



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