La religión es refugio de multitudes y las surte de efectos controvertidos. Muchos menos son los que buscan en otra parte ese místico amparo. Pocos van directamente a Dios, sin pararse a elegir caminos intermedios. Luego, quedan los seres excepcionales que no creen en bálsamos de esa naturaleza. Pero todos, del primero al último, lo hacen pensando en su propio bienestar y conveniencia.
Si la vida resulta tranquila y apacible, nunca será tarde para morirse.
...la humildad, ese apreciable don que tan solo poseen aquellos pocos que son humildes.
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