viernes, 20 de septiembre de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO CXLVII








Suelo detenerme para mirar hacia atrás y ver el camino recorrido, sonrojándome ver cuántas cosas me han quedado por hacer. Luego, vuelvo a enfilar el gesto hacia delante e, indiferente, sigo andando. 


Tengo la decidida esperanza de que antes de extinguirse mi existencia, el hombre comience a ser un poco menos humano.


La vida es una monumental carrera en la que competimos todos, aunque nunca nadie consigue llegar a la meta.



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