Hay personas tan madrugadoras que se levantan antes de acostarse.
Me acuesto en la cama para estar cómodo y discurrir mejor mis
pensamientos, pero al poco, casi sin que me dé cuenta, todos se arremolinan
bajo las sábanas y se duermen conmigo.
¡Cuántas almohadas deben tener
dormidos en su interior miles de
pensamientos trascendentes que no pueden encontrarse en ningún libro de
filosofía!
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