jueves, 19 de septiembre de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO CXL









¡Qué fácil resulta percibir las miserias humanas y qué difícil es sortear el laberinto para solidarizarse con ellas!


Prefiero que me lloren los ojos a que me llore el alma. 


Mil defectos míos me separan irremisiblemente de ti. ¡Cómo desearía poder nacer nuevamente! Entonces ya me habría liberado de todas mis torpezas y sería capaz de saltar de nuevo sobre ti, como una fiera apacible. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario