La vejez, en el alma, es como el invierno en la naturaleza: en ambos se atisba el inicio feliz de una nueva primavera.
La angustia, el dolor, y el tormento suelen ser los callados consejeros del suicidio.
Yo tengo el poder, tú tienes la razón. Es fácil admitir que tu razón me pertenece.
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