sábado, 21 de septiembre de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO CLXV








¡Qué difícil resulta ser valiente cuando se siente la perentoria necesidad de percibir todos los matices de la cobardía! 


La miseria está atada de manos a una columna y sus espaldas son fustigadas despiadadamente por el látigo hostil e implacable de la riqueza.


 El ansia es como un quiste molesto que no resulta fácil extirpar.


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