domingo, 22 de septiembre de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO CLXXXI









Las bombillas encendidas a pleno sol, son tan imperceptibles como las lágrimas entre la lluvia y han de esperar la llegada de la noche para que se repare y se crea en ellas.


 Lo paradójico del ser humano es la contraposición de su extraordinaria capacidad creativa y su gran disposición para destruir todo lo creado.


No cierres los ojos ante la miseria. Haz algo para que no puedas verla con los ojos abiertos.  


 

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