Las personas supersticiosas no entienden la lógica ni la razón natural. Le dan enorme importancia a una tonta sentencia rimada, a un augurio sin fundamento o a un hábito intrascendente. Y eso a pesar de que nunca se han cumplido ninguna de las premoniciones que tratan de espantarse con esas actitudes.
Las supersticiones son armaduras de caballeros de
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