jueves, 19 de septiembre de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO CXXXVII








Alguna vez me ha tentado la idea de apearme de la vida en marcha. Pero va tan aprisa, que he sentido temor al daño y me he acurrucado otra vez en la aburrida seguridad de mi asiento.


 Sí, mañana será tarde para algunas cosas, pero hay que reconocer que igual será demasiado pronto para otras.
 

El péndulo en movimiento es la constancia de la monotonía. Las agujas del reloj señalan el paso del tiempo, segundo a segundo en un inmutable, imperceptible y aburrido gesto eterno. 



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