viernes, 20 de septiembre de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO CLI








No hay que sentirse menospreciado por quien, a causa de su altivez, evita incluso cruzar tres palabras con un semejante. Estoy seguro de que la mayoría, agradecida, aplaudiría a rabiar la actitud imbécil de tal engreído.



La risa es un gesto espontáneo y contagioso que alegra el espíritu. La sonrisa carece de espontaneidad, pero matiza los afectos sinceros, lo mismo que un termómetro calibra la fiebre corporal con plena exactitud.


 Todas las civilizaciones han querido dejarnos su legado, pero ninguna ha tenido la precaución de que quedasen borradas sus miserias.
 

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