viernes, 13 de septiembre de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO CVIII









No quisiera ser juez en ninguna causa. Creo que nunca conseguiría ser justo del todo.


He conocido gentes que se vanaglorian de comportarse como extraños pirómanos. Se pasan la vida encendiendo fuegos en el corazón de otros que luego no saben como apagar.



La blasfemia me parece el más desagradable y maloliente de los vómitos.



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