jueves, 19 de septiembre de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO CXXIX









Hay personas que no tienen capacidad para saber discutir. Es como si se subiesen a un caballo y lo azuzasen hasta el punto de encabritarlo. Luego, pierden el control del animal y se olvidan de que tienen bridas en las manos para sosegarle.


Muchísima gente da consejos que no aceptarían si le viniesen a ellas de otros labios.


El consuelo es un paño caliente en la zona dolorida que muy aprisa se va enfriando. 







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