No puede querer ser tomado en nada como ejemplo aquel que pasaría la vida viendo en los demás multitud de defectos que nunca se ha atrevido a reconocer en sí mismo.
La torpeza, la ignorancia, la soberbia y otros abominables sustantivos, ¡de cuántos holocaustos han sido responsables!
Las zarpas del león las tiene el hombre, afiladas, en la mente.
Un hombre sin escrúpulos es el mayor pecado que haya podido cometer la naturaleza.
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