Si consideramos la vida humana como una experiencia única e
irrepetible ¿Qué razón tiene el gesto de cualquier heroicidad?
La suave brisa es agradable y tiene su dulzura, pero, ¡cuidado!, igual
no se advierte que puede ser una aprendiz de tormenta.
¡Qué gesto el del cristal de la ventana! Permite la entrada de los rayos
del sol, del vapor plateado de la luna, pero se opone a la imponencia de un
torbellino.
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