Una frase inteligente puede tener una equivalencia con la belleza de una
pintura que ha satisfecho el interés del artista. Puede quedar impresa en
cualquier mente y ser admirada paseando ante ella con la imaginación. Y como
sucede con cualquier genialidad jamás perderá su original vigencia. Por el
contrario, cada vez surgirán nuevos matices inadvertidos que enriquecerán su
significado.
Hoy mis ilusiones no son más que hojas
mustias y descoloridas que adornasen de tristeza la figura de un árbol
con raíces petrificadas.
Hay gente que ha dejado ya de caminar con la mirada erguida. Mientras
sus pasos siguen un rumbo indefinido, sus ojos no dejan de volverse para mirar
el pasado.
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