viernes, 13 de septiembre de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO CII









El hombre no hace guerras porque sí. Primero busca astutamente los motivos que le obligan a emprenderla.



¿Qué es capaz de impulsar al hombre a hacer algo con mayor disposición que el hambre o el aburrimiento?



Aunque mi lado oscuro me permitiese hacer daño, creo que no podría hacerlo pues entonces mi conciencia daría luz verde a cualquiera para que me agrediese sin tener razones para rebelarme. Por eso creo que mi respeto a los demás puede responder primero a la estrategia antes que al instinto.



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