sábado, 21 de septiembre de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO CLXVI









El hombre no es, como se ha dicho, un animal político. Lo que sucede es que no ha podido encontrar la manera idónea de saber comportarse socialmente y no ha sabido nunca desprenderse de la piel de animal que lleva puesta. 



La democracia no es una alternativa del todo correcta, al menos mientras no se contemple la posibilidad de que todas las inteligencias deben tener el mismo beneficio.



 Me resultan amenos mis soliloquios, aunque estoy convencido de que aburrirían a la mayoría de la gente.


 

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