viernes, 20 de septiembre de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO CXLV








Hay quienes consideran impuros a los que llevan unas leves motitas de polvo en el pensamiento. Quienes piensan de ese modo suelen ser precisamente las personas que más cenicientas tienen sus conciencias. 



La buena reputación no puede uno dársela a sí mismo. Tienes que hacer cosas y esperar a que te la den otros.


La risa siempre es benefactora, menos cuando es a costa de otros.


Todo ser humano tiene algo de perezoso. Los hay que incluso lo son para tomarse un rato de descanso.



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