El cuentakilómetros del ser
humano tiene la exclusiva facultad para ser capaz de medir una velocidad de más
de cien maldades por hora. ¡Qué porquería resultaría ser el dinero si no fuese por el inestimable
valor que tiene! Es algo que me parece realmente curioso: la Historia, primero se
interpreta, se representa, y luego se escribe.
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