lunes, 2 de septiembre de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO LVI








Únicamente la pena infringe un dolor tan lacerante como para conseguir que incluso duelan los recuerdos.



A menudo percibo que me he quedado solo, sumido en una individualidad insoportable. Y cuando llegan las oscuras noches, siento que incluso mi sombra me abandona.



No existe amanecer tan hermoso como el que regala el despertar de unos bellos ojos.



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