domingo, 8 de septiembre de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO LXXII









Los grandes templos del mundo han sido edificados para asombrar a los visitantes con su majestuosidad y sus diseños artísticos y ostentosos. Su interior, para que los peregrinos oren asombrados bajo las grandiosas cúpulas y tras la luz de sus bruñidas cristaleras. Y en el exterior ante sus puertas o apoyados en sus muros de mármol o granito, los miserables les hacen verdaderos contrastes dibujando la realidad de cuán injustas son las magnificencias de tales sagrados recintos.




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