miércoles, 11 de septiembre de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO LXXXV











Hay una perla reservada a cada uno en el fondo marino. Todo aquel que logre encontrarla dejará de zambullirse para siempre.



La ilusión es aceptable cuando la convencemos de que suba a un trampolín y busque impulso.








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