La danza convierte por arte de magia la fantasía de la música en un milagro superior. Hace posible ver lo que solamente podría se escuchado transformado en visible lo invisible.
Los versos son como los escalones descendentes en los que, a cada paso, el espíritu se siente más elevado.
Vivir sin imaginación es como andar a rastras por un desierto y no ser capaz de ver siquiera un espejismo.
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