miércoles, 11 de septiembre de 2013

SUSURROS DEL DUENDE. NÚMERO LXXXVII











A veces me siento para descansar las piernas. Otras me duermo para reposar el alma. Y algunas me despierto para desentorpecer la cordura.



No es mala cosa arrepentirse. Mala cosa es arrepentirse todos los días.



El iluso busca clientela sin haber puesto el negocio todavía.



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